24 septiembre 2006

MARTA


Por Omar Dianese
"MAMÁ MIRAME"

Buenos Aires. Domingo. Dos.. tres... cuatro de la tarde. El sol pinta con su dorada luminosidad el grisáceo cemento porteño. Plazas y parques lucen verdes, brillantes. Amplias avenidas parecen respirar a pleno en el intento de oxigenar sus pulmones hasta el próximo fin de semana. Almas buscando un rato de dicha o al menos un pequeño, refrescante sorbo de alivio.

La melancolía del atardecer dominguero se mantiene al acecho. Todos lo saben, lo presienten. Sin embargo nada hace presagiar el ocaso inminente.

El lunes sonríe con irónica mueca de triunfalismo como extraño y poderoso rey desde su fortaleza de piedra . Allá en lo alto de la cima, tal vez la cúspide de la rutina y la monotonía.

Aún es temprano. Todavía se está a salvo y el domingo bueno sigue en pie. Cobijando los sueños y las ilusiones de la mayoría, regalando generosamente la magia del arte callejero.

San Telmo es una fiesta. Romántico festival de lo antiguo y lo moderno impregna su perfume ciudadano en la piel de porteños y turistas.

Un francés detiene de golpe su andar despreocupado y señala a sus acompañantes aquel cuadro del zorzal...A propósito, un alemán sueña con la pinta gardeliana luciendo un funyi caído que acaba de comprar.

La plaza Dorrego es un corazón abierto alimentado por la savia que transita las arterias de la vida. Defensa, una de ellas, conduce al centro neurálgico. Uno la viene caminando desde el sur poblada de tango y colores. La morocha de enormes aros plateados invita a un europeo a bailar en dos por cuatro. A unos metros ella realiza su show. Es imposible verla sola, miradas y sonrisas la rodean. Una y otra foto. En la fantasía de su alma y de su música precaria habita toda una banda tradicional.

Evoca en silencio a la niña que acuna en su corazòn. Recuerda con un dejo nostàlgico su niñez de sueños artìsticos en cada pibe que , invitado al show, pide casi como un ruego : "Mamà mirame…"

(Para escuchar la entrevista hacé click abajo)

07- Marta, artista...

23 septiembre 2006

STELLA Y EDUARDO

Por Omar Dianese
Sueños, informática y desamparo

Buenos Aires. Un desafío de cemento gris que no da treguas. Historias alquitranadas que se derraman a diario en un escenario empedrado o penosamente asfaltado.

Extraño contraste siglo XXI de tango y Rock and Roll; de pizza, moscato y fainá; de corazones solitarios inmersos en el olvido y la lujuria; de vértigo y siesta; de chapa, madera y enormes edificios modelo 2000.

Un loco, irreverente autódromo del descontrol en el que se pisa el acelerador a fondo. Una obra de treatro en la que el facilismo parece ser el gran protagonista y la solidaridad la pobre muchachita abandonada.

El vino amargo de la decepción y el café triste de la incertidumbre bebidos desde la mesa de un bar mirando pasar el mundo.

La noche suele colocar un oscuro telón a la pantomima del diurno festival del desencuentro, abriendo las puertas "del concert" de la marginación como un sótano penumbroso.

Miles de televisores encendidos convocan un universo de miradas. Ojos atentos

a los análisis de la realidad cuando la realidad no resiste análisis alguno; al último video clip de los Rolling Stones; al clásico entre la Roma y la Lazio; a los vacíos noticieros; a la frivolidad farandulesca...

Mientras tanto en Buenos Aires, desafío de cemento gris que no da treguas, historias fundidas en alquitrán se multiplican en la calle como diamantes en el cosmos.

Stella y su hijo Eduardo solo conocen en las madrugadas invernales el reparo de la antesala de un comercio y la frialdad de una vereda descolorida.

El calor del verano suele sorprenderlos amaneciendo con la vista al cielo, como buscando una explicación, una respuesta. Vaya uno a saber...

(Para escuchar la entrevista hacé click aba
02- Stella y Eduar...

22 septiembre 2006

EL PATO ROMERO

Por Omar Dianese

¡SE LUSTRA!



Paseo Colón y Belgrano. El Río de la Plata y el microcentro parecen mirarse con recelo, como dos boxeadores que se miden y se respetan.

Desde temprano modernos automóviles parecen integrar una caravana carente de sentido.
Bares que esperan la visita diaria. El café, un rápido almuerzo.

Gente que transita esas calles casi sin ver, casi por inercia.

¿Cómo se apreciará la escena desde lo alto? Pequeñas criaturas desplazándose nerviosamente en el interior de un extraño laberinto de cemento.

Así todos los días, todas las semanas, todos los meses...toda la vida.

Rostros que a primera vista resultan contentos con la rutina...¿contentos ? o... solamente satisfechos, resignados...vaya uno a saber.

Soledades disimuladas, rodeadas de edificios celosos guardianes de la City.

El anochecer de tonos morados, azulinos suele poner cotidianamente el final a la urbanísima novela. Para volver a empezar a la mañana siguiente, con la factura recién hecha, con un capuchino humeante.

Sábados y domingos no hay función. Desierto gris de alquitrán. Pero el lunes las frustraciones y los fracasos vistiendo minifalda o traje volverán a poblar calles y avenidas. Para aturdirse nuevamente hasta la amnesia y olvidar lo más rápido posible el fin de semana a solas con ellos mismos. Los edificios saldrán de su modorra, los bares reabrirán sus puertas, las oficinas dirán:"has vuelto".

El hombre sentado de espaldas a la costanera, en el asiento de atrás del microcentro, en Paseo Colón y Belgrano, listo como siempre dispuesto a recibir a sus clientes. Con la charla, si se da, o con el diario como ofrenda. Para conversar de tantas cosas mientras le saca brillo a los zapatos como quien devuelve la luz a una mirada opacada por la tristeza. Para hablar de futbol , de la hermosa piba camarera del bar de la vuelta, de la vida....de su propia vida.

(Para escuchar la entrevista hacé click abajo)


01- Pato Romero.mp...