18 agosto 2008

ALEX SYLA: EL CAMINO ESPINOSO DEL DESTIERRO






El destierro. Una actitud. Casi contraria a la esencia del hombre. La historia de un derrotero impuesto por un destino de guerra.
Entonces el perímetro de la patria no es otro que la propia piel. El abrigo posible la conciencia.
Un abismo de preguntas entre lo que se deja atrás y lo que tal vez pueda ser .
¿Es mejor perderse en ese vacío de presente o entregarse de pies y manos a lo desconocido?
En medio del océano las opciones son una siniestra espada de Damocles . Mar de tiburones o una selva de cemento aterradora. Del infortunio de violencia en la tierra madre a la compleja travesía porteña. Conquistar Buenos Aires o dejarse aporteñar, en el mejor de los casos, como una forma de supervivencia.
Es difícil, pero vale la pena intentarlo .







ESCUCHE "EL ASIENTO DE ATRAS" POR RADIO FM MAGICA 93.5

01 agosto 2008

MAÑANA DE CENIZAS

Desayuno de espanto. Una maldición de fuego se precipita del cielo. El demonio vomita una llovizna de chispas. Bramando sobre la tierra inocente .
Es tiempo de Apocalipsis. De manchar de sangre las voluntades indefensas.
El río se ahoga en su propio caudal. Sus aguas ya no calmarán la sed. Fueron intoxicadas de horror. El calor agobia. Es el infierno. El averno sentenciado. Azota la mirada una fosforescencia de rojos, azules y amarillos. Después, inmediatamente, la oscuridad. Esa tiniebla que devora la vida .

Una serpiente en llamas trepa el cielo con los ojos brillando tirriosos. Maldice la claridad del día. Va por Dios. Aturdida de odio.
La tormenta de rayos quema la piel. Yace desparramado el verdor de un árbol . Mutiladas las ramas. Desangrado su corazón. El puente no puede soportar tanta inquina.
El estruendo de la muerte es más poderoso que las voces de auxilio.
¿ Quién sucumbe con una flor entre sus labios ?
Gemidos y agonía. Estupor y genocidio.
En medio de tanta tragedia una lágrima gira como loca. Alguien beberá de ella. Para transmutar el suplicio.
Mientras tanto nos han asesinado a todos. A quienes allí no estuvimos. A quienes no habían nacido. Todos bien muertos. Sepultados bajo la corteza del pánico. Y todos serán paridos así. Heridos de pavor. Con ese amanecer perpetuado en la memoria del alma. Porque hemos sido masacrados. En Hiroshima. Aquella mañana de dolor.