x marcos
El canto de un repollo con la guitarra mentirosa
El principio sería:
"Hay unas señas que no sé que significan", dice Alejo el Mentiroso, misterioso, guitarrista. Señas. Señales. Sentidos. Sentir el piano que toca su madre en el pecho. Me refiero a ese misterio.
Señas. Señales. De vida.
Recuerdo que en una época tenía la grabación de una chacarera, La Humilde, tocada hasta el hartazgo. Recuerdo que fue en el cumpleaños de una amiga. En invierno. Rodeados por una hectarea de pinos. Los pinos son inspiradores. Alejo tocaba con Siro.
Como mil veces tocaron esa chacarera hasta que se perdió en el monte amanecido. Y cayo el día sobre los guitarreros.
Puff!... mucho amor a la musica.

El Alejo, el Mentiroso, el Misterioso. que son como sinónimos. (En este momento me río con las carcajadas que pueden escuchar en el audio del programa).
Es un (lejano) Rincón Florido que toca "con dos o tres acordes" para emocionar.
Ese atorrante guitarrero de la fotografía que en el 83' se robo la bola ocho del bar del Pueblo. Que en ese momento pertenecía al Intendente. El Marceci se llamaba el bar. Estaba en una esquina de la Plaza del Pueblo.
Entonces ese audaz guitarrero. Misterioso, mentiroso.
Amalía confiesa en el texto de su disco que no pudo armar el cubo mágico.
Uno no siempre puede armar el cubo magico.
La Analia no pudo. Quizá, quizá... "Nos juntemos". Tiene una preciosa voz. Y una risa que divierte.
Tiene una forma que me hace acordar a la mexicana Lila Downs... La forma lírica que ojalá la conserve. Y es muy duro el camino que eligió: cantar la música criolla.
Si Analía fuera un pájaro sería un Carpintero; cantando "Viruta y Vino".
Si fuera un pez sería una Anguila; cantando "La Cruzadita".
El canto y el rezo se parecen en la Analia. Es un rezar lírico que ojalá conserve.
Una no siempre puede armar el cubo mágico. Quizá porque es un juego que nunca termina. Y armar el cubo significa darle un final al juego.
Para ellos el juego está cargado de futuro.
