28 julio 2008

LA VIDA, UN CAMINO QUE A VECES NOS CONDUCE AL ASOMBRO.

x Omar Dianese


La vida. Un camino indescifrable. Puertas que se abren al enigma. Un puente que de pronto conduce al destino impensado . Nunca diseñado en el bunker de la razón .
¿Qué hacer? ¿Hacia dónde ir? No siempre las respuestas boyan en las aguas mansas de la conciencia.
Se va dorando a fuego lento. Se enciende con la ternura de miradas ingenuas. Trepa como una madreselva de llamas anaranjadas. Envuelve la garganta. Invade el corazón. Los sentidos. Perfuma el alma con aromas de pan caliente. Empaña los ojos con el vapor de un mate cocido.
Entonces las miradas que la iluminan se transforman en gestos. Caricias. Preguntas que no siempre tienen respuestas.
La escuela. Ese pequeño mundo de voces atravesando el cielo como pájaros. Un desafío. Aprendizaje sin fin. Creciendo entre golpes. Poniendo el cuerpo y hasta la bronca.
La historia camina en los márgenes. Como por una cornisa delgada. Busca los recovecos de la dignidad aún cuando no queda aliento. Trasmuta las palabras vacías de verdad. Se deja llevar por el viento de julio. Aferrada a la bandera que flamea en la cúspide del invierno . Se viste de memoria.





Mientras tanto busca la infancia esquiva. Sin resignarse a sonreir. Dando saltos en la mañana por un chiste que remonte como un barrilete de colores.
A veces la vida, esa ruta inexplicable, despierta con un beso en la mejilla a los que se abrigan con sueños. No le de vueltas.



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